cajas de Cornell

Cajitas que contienen objetos coleccionados, recuerdos de otros viajes, fotogramas de seres amados, hojas secas, plumas, amuletos pintados con crayones, cartas perdidas, mapas de nubes, dibujos de corderos, copitos de nieve, canciones de plancha para amores ausentes, cartas con remitentes ilegibles, imágenes de otros tiempos. Todos componen artesanías personales. Todos guardan entre sí una lógica intangible y aunque hacen parte de un todo, también pueden verse de forma independiente. Cada compartimento, un verso, una ficción, una mancha, una huella de lo imposible, de las pesadillas, una ruina- y, a veces, también la muerte.

viernes, 2 de octubre de 2009

LA PALABRA
I
¿Quién no ha sentido que la poesía devora al miedo y la miseria? Las palabras se derraman como un cielo alucinante, como anzuelos de sangre que atrapan los últimos peces de la existencia. Estas rebeldes de la esperanza nos convocan, mantienen en vilo nuestra lenguas, nos hacen aprender el amor, el único canto del hombre libre.

II
No es él quien en verdad le pasa por encima a ella: ella suspende su cuerpo de cobrizos hilos, expele tantas flores como sed en el infierno, exhibe sus moradas, sus templos de hedonismo, mientras surca con gemidos el horizonte y es ella, la palabra quien pasa por encima de los egos que el poeta guarda en su entrepierna.

Dafne Pinilla

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